lunes, 15 de junio de 2009

Cine a solas (3) La Ola

Periódicamente llegan a las pantallas, colapsadas por la maquinaria norteamericana, alguna película europea de las que dejan huella. Y tiene que ser forzosamente buena para que pueda tener una mínima posibilidad. A esta categoría pertenece Die Welle (La Ola, Alemania 2008). El tema, sobre todo para un docente como es el caso de quien suscribe, resulta de lo más atractivo: un profesor ha de explicar en su clase de bachillerato en qué consiste un sistema político autocrático, y para eso nada mejor que inventarse una simulación. Que tiemblen los apóstoles de las competencias básicas y de la enseñanza por proyectos. El caso es que el experimento, que va desarrollándose en el plazo de una semana, termina por írsele de las manos. El profesor, interpretado por el actor Jürgen Vogel, parte de una inquietante pregunta: ¿sería posible hoy en día el advenimiento de un nuevo régimen totalitario? Se refiere al contexto de la muy moderna y civilizada Alemania. El caso es que las sucesivas medidas que va implantando clase tras clase (instauración de un poder indiscutido – él mismo-, formas de identificación grupal –uniforme, símbolos, saludos- objetivos comunes, anulación de las minorías críticas, etc) van dando un resultado mayor de lo esperado. Alguna alumna que termina por desmarcarse del proyecto sufre el rechazo del grupo. El final prueba que la respuesta a la pregunta es afirmativa. De alguna manera se ponen a prueba los mecanismos psicológicos que están detrás de la conformación de masas obedientes y entregadas. Nos encontramos en la película a un grupo de jóvenes con un perfil psicológico débil, acrítico, con problemas afectivos y relacionales, educados por adultos acomodados e indiferentes. Materia prima influenciable y maleable.
Viendo estos días a las masas enfervorizadas celebrando ligas, copas y ascensos futboleros, entregados a tal grado de desenfreno movidas por una pasión tribal de este tipo, se me ponen los pelos de punta sólo de pensar en qué pasaría si surgiera una nueva corriente totalitaria capaz de tocar el alma sensible del personal. ¿Hemos aprendido algo después de las experiencias totalitarias del pasado siglo? Ya sabemos aquello de cada generación ignora la experiencia histórica de la anterior. Y así nos va. Además, las últimas elecciones europeas, por otra parte, demuestra que un considerable porcentaje de personas considera que el viejo recetario facistoide sigue teniendo vigencia. No tenemos remedio. Así que La Ola viene a ser una película necesaria y oportuna.
La película está basada en la novela homónima de Morton Rhue y ésta, al parecer se basa a su vez en un experimento llevado a cabo en 1967 por un profesor en California. Viendo el desenlace mejor no seguir el ejemplo.

2 comentarios:

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  2. Es verdaderamente aterrador... Imagino que la moraleja a aprender es: "¡Evitemos los comienzos!" Sin embargo, tienes razón: los resultados de las elecciones europeas ya son un comienzo. Glups.

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