miércoles, 12 de agosto de 2009

El Cazador de Libros (5) Escribir es vivir y otros libros leídos

José Luis Sampedro, “Escribir es vivir” (Mondadori 2007). Este libro recoge la intervención del autor en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en 2003. El curso da pié a Sampedro para hacer un repaso de su vida y su obra. En estas páginas se refleja la calidez del curso, la cercanía con el público, las anécdotas y la enorme carga de emocionalidad. Para los incondicionales de este autor es una cita imprescindible. De este autor sólo me había leído anteriormente “Monte Sinaí” y “El amante lesbiano”. Tengo en lista “La senda del drago”, “Congreso en Estocolmo” y “El mercado y la globalización”. El posfacio a cargo de su colaboradora y compañera, Olga Lucas, termina de poner los pelos de punta cuando narra sus circunstancias personales en el momento de participar en este curso. Tendré que adelantar en la lista de lecturas algunos de los libros de Sampedro pendientes
J.M.Coetzee, “Diario de un mal año” (Mondadori, 2008). Un curioso texto de este premio nobel sudafricano que combina dos voces narrativas con el ensayo. Un anciano escritor contrata como ayudante a una joven que conoce en la lavandería. No lo hace por sus cualidades literarias sino por su atractivo físico. Entre ambos se va fraguando una relación difícil que llega a su cénit con la irrupción del novio de la joven, un tiburón de las finanzas sin escrúpulos. Se supone que las reflexiones sociales y políticas que se intercalan en el texto son las del protagonista / autor. En cualquier caso son tan o más interesantes que la trama narrativa que no deja de ser bastante convencional, por otra parte.
Varios Autores, “Juan Negrín, el estadista” (Fundación Juan Negrín, 2005). Hace cuatro años, la Fundación Juan Negrín organizó una magnífica exposición del que fuera el último presidente de la II República Española. Me fue imposible desplazarme a Las Palmas para ver la muestra que contaba con muy buenas referencias. Hace unos días me topé con el catálogo en el Museo Canario y no dudé en adquirirlo. Pese a algunos pequeños errores de lo que podría ser una defectuosa corrección de galeradas, se trata de un material del mayor interés. Juan Negrín siempre fue para la el bando nacional el traidor al servicio de los comunistas que había entregado el oro del banco de España a la URSS. En este catálogo en el que se cuenta con bastante material inédito del archivo del propio Negrín se desvelan muchas de las claves del último periodo de la República antes de su colapso. Negrín, fiel a su lema “resistir es vencer”, no tuvo otra opción que movilizar los recursos monetarios del país con el objetivo de obtener equipamiento militar y bienes de consumo para poder apurar cualquier opción de victoria. La política de apaciguamiento con Hitler del Reino Unido y Francia no dejaba otro camino que el de la URSS de Stalin que actuó, por otra parte, defendiendo intereses propios. El catálogo aborda también otros aspectos no menos relevantes como su faceta de médico investigador o su talante humano. En cualquier caso asistimos a una muy interesante reivindicación de este político canario.
Emmi Hahnefeld, “Luchar para vivir. Mi infancia y juventud en Berlín durante la II Guerra Mundial” (El Museo Canario, 2007). De reciente visita al Museo Canario de Las Palmas (visita siempre obligada) me encontré en su librería con lo que me pareció una curiosidad. Este libro estaba publicado dentro de la prestigiosa colección “Viera y Clavijo” que suele tratar de temas de temas de historia y cultura canarias. Así que el tema parecía una rareza pero avalada por la institución. En efecto, la lectura de este libro es una auténtica sorpresa. Emmi Hahnefeld es hija de un comerciante alemán y de una canaria perteneciente a la pequeña burguesía de Las Palmas. En su infancia, en una de sus periódicas visitas a Berlín, ciudad natal de su padre, queda atrapada por la guerra. La vida de la pequeña Emmi se narra con una enorme pero efectiva sencillez. Destaca las vivencias de los bombardeos, la vida en los refugios y, sobre todo, los terribles momentos de la entrada de las tropas soviéticas en Berlín y los días de horror subsiguientes (sobre todo para las mujeres). La vuelta a Las Palmas, una vez terminada la conflagración, muestra también los padecimientos de la posguerra en las islas.

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