miércoles, 31 de agosto de 2011

El Catalejo (28) Miedo a la democracia

Por si alguien todavía tenía alguna duda, el golpe de mano que acaba de de perpetrar el PSOE y el PP con la reforma neocon de la Constitución refleja un profundo miedo a la democracia. El PSOE mandó al infierno lo que le quedaba de su alma de izquierda en el referéndum de la OTAN de 1986. Desde entonces tienen una declarada alergia a utilizar este y otros procedimientos democráticos. “Los referéndum los carga el diablo”, "no convoques una consulta cuando no estés seguro de ganarla" -pensará más de algún político profesional. De un partido como el PP hay que esperar poco desde el punto de vista de la filia democrática pero de un partido que aún se autodenomina “socialista” y moviliza varios millones de votos se podría esperar algo más y no solo, al menos para algunos ciudadanos con un cierto nivel de exigencia, decepción tras decepción. Los expertos en comunicación y mercadotecnia del PSOE habrán tenido que hacer horas extras para justificar ante el electorado real y potencial cómo se pueden realizar políticas manifiestamente de derechas y pretender mantener un discurso -llamémosle- progresista. Esta última guinda que nos han regalado, la reforma con nocturnidad y alevosía de la Constitución Española, en completa hermandad con la derecha más rancia, para introducir una clausula conservadora y claramente incompatible con el mantenimiento de los restos del Estado del Bienestar, constituye una tomadura de pelo a la ciudadanía. El PSOE es un partido/empresa al uso, instalado en el mercadeo político, una marca comercial cuyo objetivo fundamental es ocupar cualquier parcela de poder como producto manufacturado, plegado, como buen partido de gobierno (tal y como les gusta autodenominarse), a las exigencias del entramado financiero internacional. De igual modo, se apuntan sin rubor a la lectura más restrictiva de nuestras posibilidades democráticas. A aquella que da el expediente por cumplido con concurrir cada cuatro años a las urnas para elegir (la mayoría de las veces) a las mismas personas y los mismos programas. Es cierto que muchas personas lucharon en su día en este país por el derecho a unas elecciones libres pero treinta y tres años después de la aprobación de la actual constitución ya sería hora de avanzar en derechos y prácticas democráticas. El caso es que, tal y como nos enseña la historia, el establishment político tiende únicamente a proteger sus propios intereses. No le queda a la ciudadanía otra opción que ir por delante y defender, en este caso, las pocas parcelas de libertad y democracia que nos van dejando. ¡Si Pablo Iglesias levantara la cabeza exigiría que le devolvieran las siglas!

sábado, 27 de agosto de 2011

El Catalejo (27) El contrato esclavo


Españistán. 27 de agosto de 2012. Después de que la medida, tomada no hace mucho tiempo, de acabar con los contratos fijos e indefinidos, no diera apenas resultados positivos en cuanto a la creación de empleo, el Ministerio de Trabajo acaba de poner sobre la mesa una propuesta calificada por muchos como “revolucionaria”. Se trata del denominado “contrato esclavo”. Esta nueva modalidad de empleo supondrá que el empresario que lo desee a partir de ahora podrá “contratar” a cualquier persona (mayor de 18 años al menos en una primera fase) a cambio de la manutención y, si hiciera falta, el alojamiento (considerándose como tal establos y cuartos trasteros). Por supuesto, no habrá limitación horaria ni contrapartidas de ninguna clase, elementos que, a juicio de los expertos, suponían trabas innecesarias a la hora de la creación de empleo e introducían rigideces incomprensibles en el actual marco laboral. Los empresarios han acogido con entusiasmo la desaparición de las antiguas cotizaciones a la Seguridad Social, las vacaciones pagadas y toda la antigua normativa socializante y caduca. En el futuro podrán contemplarse algunas innovaciones, como la de administrar pequeñas torturas (siempre con una finalidad pedagógica y ejemplarizante) o la de utilizar al trabajador para tareas domésticas y otros fines de carácter lúdico. Algunos economistas han vaticinado que de esta forma podrá alcanzarse el “pleno empleo” (por utilizar la antigua terminología) y, lo que es más importante, “tranquilizar a los mercados”. El Ministro de Trabajo, ha declarado a su vez: “prefiero un esclavo a un parado” y ha expresado su confianza en que los agentes sociales, especialmente los sindicatos, entenderán que la coyuntura económica por la que estamos pasando requiere de medidas imaginativas y atrevidas que supongan la modernización de las estructuras laborales del país.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Cine a solas (3) La invasión de los ultracuerpos

Dentro de mi programación particular de verano se incluía un repaso a “La invasión de los ladrones de cuerpos” (Don Siegel, 1956) pero como hasta la fecha me ha sido imposible conseguirla (me sigo negando obstinadamente a bajarme cosas de internet, aunque la SGAE de Tedy Bautista haya pasado a mejor vida) tuve que conformarme con el remake de 1978, “La invasión de los ultracuerpos” (Philip Kaufman). Aunque el original tiene un encanto especial, a pesar de que, como otras tantas películas del género y de la época sea una paranoia anticomunista o MacCarthista (hay que vigilar al otro puesto que quizás no es lo que parece), la versión de Kaufman tampoco está exenta de 'encanto'. Hay una cierta polémica incluso entre los frikies del género sobre qué versión es la mejor. A mi simplemente me parece que responden a momentos distintos y por tanto con lecturas diferenciadas. La versión de Kaufman es realmente inquietante, con un final simple pero terrorífico. Además, el papel de Donald Sutherland, con ese aire entre excéntrico  y ligeramente perturbado, aporta un plus fundamental al resultado final. Al igual que "La Guerra de los Mundos" (Byron Haskin, 1953) estas películas forman parte de una cierta constelación personal que acompaña mis pesadillas desde niño. Como nada parece casual, unos días después de volver a visionar esta peli me topé en una librería casi desmantelada, y entre la sección de saldos, el guión original de esta saga. Se trata de “Los ladrones de cuerpos” de Jack Finney, escrita en 1955, y reeditada recientemente por la editorial Bibliópolis con motivo de la aparición de la última versión de las famosas vainas alienígenas, "The Invasión" (Oliver Hirschbiegel, 2007). Está claro que el tema da para muchas secuelas. Y es que mirar de reojo al vecino, no sea que nos lo hayan cambiado, no es una costumbre mala del todo.

jueves, 18 de agosto de 2011

El Catalejo (26) Brotes de irracionalismo

De vez en cuando el irracionalismo más burdo parece apoderarse del personal como si fuera una suerte de virus (y que conste que de ninguna manera estoy pensando en mi admirado Nietzsche o en los sublimes escritores del absurdo). El tipo de irracionalismo alelado del que hablo es el que tiene que ver con esta escenificación mediática del Vaticano en la Jornada Mundial de la Juventud, atemorizada frente al avance de otras opciones religiosas en el mundo y el creciente laicismo. Una puesta en escena que no es sino la jugada segura de quienes manejan las claves de esta sociedad del espectáculo. El Vaticano lleva abonado desde los tiempos de Juan Pablo II a la cultura mainstream. Después de agitar la banderita amarilla y blanca y gritar aquello de “la juventud del Papa” las estadísticas volverán a mostrar el desafecto mayoritario frente a esta gerontocracia teocrática. La moral católica no es la alternativa a la tan cacareada “crisis de valores”. Al contrario, es, en todo caso, la expresión más palmaria de esta supuesta crisis. Es el refugio de quienes tienen miedo, parafraseado a Erich Fromm, a la Libertad y se entregan gustosos y confiados al redil de aquellos que luego los utilizan para sus fines espurios.
De todos modos, la irritación que me produce esta exhibición de irracionalismo vacuo es comparable a la indignación que uno siente cuando lee en el periódico cómo en EE.UU. el partido republicano, entregado cada vez más al hornillo del Tea Party, lanza candidatos a la presidencia con discursos cada vez más disparatados e incendiarios. Por si no tuviéramos poco con la inefable Sarah Palin ahora aparece una Michelle Bachmann diciendo cosas como que las mujeres deben mostrarse sumisas con sus maridos (además de proclamarse creacionista y anti todo). Acto seguido entra en acción el gobernador de Texas, Rick Perry, proclamando que la oración es la receta contra todos los problemas (para que luego digan que aquella definición de Marx de la religión como el opio del pueblo está pasada de moda). Además presenta el descenso del paro en su Estado como aval, sin reconocer que tal descenso se ha producido gracias a los sueldos bajísimos y al hecho de que las empresas no están obligadas a proporcionar un seguro médico a los trabajadores. Estos chollos ha provocado que muchas empresas hayan cerrado sus fábricas y oficinas en otros Estados y se hayan recolocado en este paraíso ultraliberal. Lo triste de todo esto es que mucha gente valorará este hecho como un mérito, sin pararse a sopesar los pro y los contras. Igualito que en este país cuando, casi con toda seguridad, la derecha arrase en las próximas elecciones. El ejemplo más claro de este irracionalismo del que hablamos es que la gente entienda que las recetas y actitudes que nos han llevado al desastre económico, político y social son la única vía para salir de la crisis. O que esta Iglesia que hoy se celebra a sí misma y que históricamente ha estado de lado mayoritariamente de los poderosos y del pensamiento más retrógrado, conservador e inmovilista es lo más cool. ¿Irracionalismo u otra cosa?

martes, 16 de agosto de 2011

El Catalejo (25) La iglesia del poder

Francamente, este espectáculo neo-evangelizador, este culto a la personalidad propio de regímenes antidemocráticos y este mercadeo que supone la Jornada Mundial de la Juventud recientemente inaugurada en Madrid me producen un sentimiento de cierta indignación ciudadana. Sobre todo al comprobar de nuevo la pleitesía que los poderes civiles rinden al Papa de Roma permitiendo esta ocupación de los espacios públicos con misas multitudinarias, confesiones y absoluciones expres y ¡hasta un vía crucis con el top ten de la imagenería semana santera! No me imagino al presidente de un país extranjero montando un sarao semejante en cualquier ciudad  en la que estuviera de visita. Ni al líder espiritual de cualquier confesión religiosa no católica montando un embolado de este tipo en Recoletos. ¿Que en España hay un número importante de católicos practicantes y con una ganas locas de salvarnos a los demás? Bueno, también muchos creen en extraterrestres y no por eso montan un simulacro de abducción colectiva.
Por no hablar de esta iglesia del poder. Estos purpurados con bordados, filigranas y báculos labrados que pontifican (nunca mejor dicho) sobre moral y comportamientos humanos, que se erigen en mediadores entre la divinidad y el común de los mortales, que consumen cantidad ingentes de recursos para su mayor gloria y esplendor que muy bien podrían emplearse en otras cosas más perentorias. ¡Cuántas contradicciones entre los discursos y los hechos!, ¡cuánto oropel vacuo!, ¡cuántas cuentas pendientes! Qué pena ver a tanto joven animado por un supuesto espíritu misionero sin que ellos sepan muy bien de qué va eso. ¡Cuánta energía desaprovechada!, ¡cuánta adormidera repartida por doquier!, ¡qué tiempos oscuros!
PD: como ahora estoy en una fase Saramagiana me apunto una frase suya: “En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena persona”.

domingo, 14 de agosto de 2011

Arte a todas horas (5) Alexis W.

Fue por pura casualidad. Una visita a la Sala Juan Ismael en Puerto del Rosario, Fuerteventura, nos deparó una agradable sorpresa. Estaba expuesta una serie de fotografías del artista canario afincado en Madrid Alexis W (1972). Se trata de un conjunto de retratos, todos sobre fondo negro y ligeramente ladeados hacia la derecha. El efecto, como suele decirse en estos casos, es apabullantemente psicológico. El personaje se desnuda y muestra su trayectoria vital a través de su mirada. De manera inmediata se establece un diálogo intenso y en ocasiones dramático entre el retrato y el espectador. La serie sobrecoge y lo impresionante es que no dejan de ser “simples” retratos sin ningún artificio añadido. Solo el mapa que la fisionomía del rostro dibuja sobre el papel. Enseguida me vino a la cabeza los retratos del pintor renacentista Holbein. Y, de hecho, uno de los personajes que ilustran el programa y que reproducimos aquí parece un retrato del siglo XVI. Pero, lejos de eso, no son sino visitantes de la barra del bar Eagle en Madrid. La serie ha sido titulada por Alexis W. “Mi colección de vidas” y pertenece a un proyecto más amplio denominado “La ventana indiscreta”, con claras resonancias a lo Hitchcock. Incomprensiblemente la tienda-librería del Cabildo de Fuerteventura, ubicada en esta sala, estaba cerrada durante el mes de agosto y no pude adquirir el catálogo. Pero como los hados muchas veces juegan en favor de los perseverantes me topé con un ejemplar en la Sala de Arte La Regenta de Las Palmas (donde por cierto estaban expuestas las obras de dos fotógrafos cubanos que me dejaron, al contario que Alexis, indiferente). Gracias a la gratificante lectura del catálogo pude enterarme de que el herreño Alexis W. es un fotógrafo autodidacta que está haciéndose un bien merecido hueco en el panorama artístico actual. Sobre todo por el impulso humanista y la enorme y descarnada sinceridad que destilan sus trabajos. Imprescindible a partir de ahora.

viernes, 12 de agosto de 2011

El Cazador de Libros (17) José Saramago, A Casa

La visita a la Casa (A Casa) en la que José Saramago viviera sus últimos años en Lanzarote debería ser una parada obligada para todo amante de la Literatura (y no solo de ella) que recalara por Canarias. Tuve la oportunidad de visitarla hace unos días, a escasos cinco meses desde su apertura, y su recuerdo permanecerá indeleble (literalmente) en mí. De eso estoy seguro.
Si el objetivo de abrir esta casa al público era mantener vivo el espíritu de Saramago lo ha conseguido con creces. Tenemos que estar muy agradecidos por ello a la Fundación José Saramago y a su presidenta, Pilar del Río, por habernos regalado a los canarios, a los ciudadanos del mundo, este rincón donde se respira Literatura, Cultura y, sobre todo, humanismo.
Entré en la casa preso de una enorme emoción. El guía contribuyó desde el primer momento a hacer que el pequeño grupo de visitantes nos sintiéramos cómodos, como si entráramos no en un museo lleno de objetos sagrados sino en un lugar familiar en el que viviera alguien que hubiera sido parte de nuestras vidas durante mucho tiempo. El recorrido por la Casa está lleno de sorpresas. Una de ellas fue cuando nos invitaron a un café portugués en la mismísima cocina, atendido por Pastora, una de las personas que acompañaron a Saramago en sus últimos años. La cocina es definida como el alma de la casa y ciertamente esa sensación se tiene cuando uno saborea ese café entre las fotografías familiares de la nevera, los perros y la mesa que tantas veces presenciara el día a día de los habitantes de la casa. En el despacho de Saramago la cosa llegó casi al grado de éxtasis  cuando se nos permitió sentarnos en la misma silla donde seguramente escribiera alguna de sus última obras. En cualquier otro sitio esto habría sido una especie de sacrilegio pero en A Casa es la marca de Saramago. Cada rincón de este lugar desprende el aroma de una vida entregada a la Literatura y al compromiso social y político. El distribuidor, con su alfombra volcánica, el dormitorio donde falleciera, el salón con su vista al jardín y al océano, todas ellas repletas de cuadros, libros y objetos que fueron importantes para el premio Nóbel portugués. Por si esto no fuera suficiente, se puede visitar la imponente biblioteca que Saramago construyera hace escasos años. En este maravilloso espacio se atesoran unos doce mil volúmenes que representan un itinerario cultural por la vida de nuestro escritor. Las sensaciones que aquí se experimentan son imposibles de describir. Si viviera en Lazarote probablemente terminaría instalándome en el municipio de Tías, donde está ubicada la Casa, con el único fin de estar más cerca de ella. Ahí conocimos a Saro, quien ejerce las funciones de bibliotecaria y con quien tuvimos una maravillosa conversación. Al final del recorrido se encuentra una pequeña tienda donde adquirí algunos pequeños tesoros. Colmado mi espíritu con el influjo de A Casa por la noche, en el apartamento, me puse el documental, adquirido en la tienda, José e Pilar (Os dias de José Saramago e Pilar del Río), realizado en 2010 por Miguel Gonçalves. Hacía tiempo que acostarme bien entrada la noche (a lo que soy tan poco aficionado) no me era de tan gran provecho. Este es un documental absolutamente imprescindibles para los lectores de Saramago. No les digo más. Para terminar de satisfacer el furor saramaguiano que transmite la Casa adquirí y leí casi de un tirón el libro de Fernando Gómez Aguilera: “José Saramago, la consistencia de los sueños” (Fundación César Manrique, 2010), publicado a raíz de la exposición homónima que dirigiera el autor en 2007. En fin, gracias a Pilar del Río por este impagable regalo.