jueves, 9 de agosto de 2012

De Curro Jiménez a Sánchez Gordillo

Pues se ha muerto Sancho Gracia, el actor que encarnara al bandolero más guay que ha parido las sierras andaluzas. ¿Quién de una cierta edad no recuerda esa épica musiquilla de la cabecera de la serie mientras aquellos jinetes, trabuco en ristre, no terminaban nunca de acercarse en el horizonte? Curro Jiménez en su lucha contra los franceses invasores repartía justicia y unas monedillas entre los aldeanos y labriegos, la grey proletaria de aquellos tiempos. Pues muerto Curro Jiménez nos ha salido otro “bandolero bueno”, Manuel Sánchez Gordillo, diputado andaluz y alcalde de Marinaleda. La reciente acción de este antipolítico ha desatado todas las alarmas del Sistema (así, con mayúscula). No hay nada más desarmante que aplicar una lógica simple: 1) en las grandes superficies hay muchos alimentos que son objeto de especulación económica, 2) hay un número exponencialmente creciente de personas que pasan hambre, por tanto, 3) anteponiendo un criterio de humanidad expropiemos esos alimentos.
Desde un punto de vista ético es un razonamiento completamente plausible. El problema es que en nuestro mundo la ética se da de tortas con la política. Por eso, y como buen bandolero, Sánchez Gordillo ha sido proclamado enemigo número uno del Leviatán de nuestros días, no sea que la cosa se propague y a los menesterosos del mundo les dé por saciar su hambre directamente de las estanterías de las grandes superficies y ¡adiós al negocio! Es de suponer que estos sindicalistas de los de antes (nada que ver con el sindicalismo oficial recibido con la correspondiente chaqueta y corbata por nuestro Jefe del Estado especializado en elefanticidios)   han sopesado muy bien el alcance de su acción. Y es de suponer también que los consejos de administración de las grandes superficies estén temblando no sea que los nuevos bandoleros acaben con esta invasión, no ya de los gabachos, sino de los bancos teutones que nos tienen bien acogotados y de la mancha de aceite ultraliberal que se propaga por todas partes. La pregunta es ¿Curro Jiménez habría hecho lo mismo?, ¿aparecería el apuesto bandolero junto a sus inseparables  Algarrobo y Estudiante, al final de la calle, sobre sus corceles de fina raza española, entrando a saco en un Mercadona? Y mira que nos caía simpático este hombre.

1 comentario:

  1. Pues sí, ciertamente una buena relación. Me ha entristecido la muerte de Sancho Gracia, del que siempre estuve enamorada. Ese estupendo actor que nos hizo pasar momentos inolvidables. Otro momento inolvidable para mí, serán las imágenes del Alcalde de Marinaleda asaltando los supermercados, como un acto de rebelión. Y estoy con él, hay que saltarse la legalidad para que las cosas cambien. ¡Viva por los dos bandoleros que luchaban para arrancar algo a los ricos y dárselo a los pobres!

    ResponderEliminar